Siendo hija de dos padres inmigrantes, entendí la lucha de primera mano. Mi padre nació en La Habana Cuba y llegó a los Estados Unidos por medio de asilo político en 1969, y mi madre emigró de El Salvador por medio de una visa de trabajo. Se conocieron a las 24 horas de llegar a la ciudad de Nueva York, abrazando un futuro desconocido, sin conexiones familiares ni amigos. Pronto se casaron y tuvieron 2 hijos. Yo, siendo la mayor, era el traductor principal de mis padres. A los 12 años, traduje los primeros documentos de préstamo para mis padres. Me maravilla la idea de que mis padres tuvieran que confiar en una niña de 12 años para traducir documentos financieros y legales. Esa era nuestra normalidad, y para muchas familias inmigrantes hispanas, esto no es inusual.

Antes de convertirme en una consultora de inmigración con licencia comencé mi carrera como prestamista de hipotecas residenciales en 2007, cuando muchos pronto dejarían el negocio. Ese fue el año en que la industria de préstamos hipotecarios fue impactada, y los préstamos hipotecarios se volvieron extremadamente difíciles de cerrar. Las familias minoritarias fueron las más afectadas con los préstamos de alto riesgo y las prácticas depredadoras dirigidas a muchas comunidades hispanas. El beneficio de comenzar mi carrera durante este tiempo complicado fue tener una comprensión clara de las consecuencias de las prácticas de préstamos hipotecarios con poca éticas y mal comunicados. Aprecio profundamente comenzar mi carrera cuando los préstamos difíciles, la compasión genuina y las prácticas honestas hicieron una diferencia en la vida de las personas.

Hoy me siento honrada de ayudar a los hijos de muchos de los clientes a los que ayudé durante la crisis hipotecaria de 2007 a 2009. ¿Por qué? Porque las familias apreciaban hablar directamente, con toda honestidad, sabiduría y amabilidad durante esos tiempos financieramente difíciles. Especialmente en las comunidades hispanas de inmigrantes que experimentan el no tener el inglés como primer idioma.

Hoy me estoy enfocando en familias inmigrantes que no requieren servicios legales para sus necesidades de inmigración. Al igual que ese niño de 12 años que entendió la lucha de una barrera del idioma, como adulto, es mi alegría y privilegio ayudar a su familia a través del proceso de solicitud de inmigración. Nuestro equipo entiende cómo el proceso de inmigración puede ser abrumador. Ofrecemos consultas gratuitas, y una vez aprobados para nuestros servicios, lo guiamos el resto del camino.

Me enorgullece ser parte de una Herencia Hispana que representa a los niños latinoamericanos de 1ª generación, que son producto de padres inmigrantes. Mi padre falleció en 2007 y sigue siendo un faro para la resiliencia, el compromiso y la fe. Un hombre que dejó un legado en bienes raíces y emprendimiento, continuo tanto por mi hermano como por mí.

Permítanme la oportunidad de ser parte de su viaje de inmigración.